Miguel Almirón nunca va a olvidarse de la tarde del 29 de mayo de 2016. En el Monumental, el volante paraguayo probablemente haya tenido la jornada más importante de su corta carrera como futbolista.
Pieza clave durante todo el torneo, en la final también se lució. Determinante en el aluvión de llegadas con que Lanús se llevó puesto a San Lorenzo en el primer tiempo, a los 14 del complemento metió el segundo y acercó aún más a su equipo al sueño de campeón.